Sabores frescos a mar en La Ciudad de México
Sinergia de tres jóvenes chefs que se unen para cocinar una cena que emana frescura y enamora al paladar en Palm Restaurant, Santa Fe
Texto y fotos: Bertha Herrera
Sabores a mar, delicados, elegantes, bien preparados fue la cena que ofrecieron José Luis Ronquillo de Palm Polanco, Carlos Blancas de Palm Santa Fe y el chef invitado Víctor Zárate de Blanco Colima. Está es la primera edición de otras que prepararán cada mes. La idea es proponer y crear menús para diferentes gustos.
Para Carlos Blancas, chef del Hotel Presidente Intercontinental, Santa Fe, es una propuesta para el comensal que vive y trabaja cerca de la zona, traer el sabor del restaurante Blanco Colima, de la colonia Roma a Palm, Santa Fe, o Polanco, ahorra tráfico y tiempo a la gente que transita por el rumbo.
“Los tres son restaurantes bien posesionados, con estándares de calidad altos, que manejan ingredientes frescos, por ejemplo, la langosta la traemos un día antes de Nueva Escocia, para servirla al otro día en la Ciudad de México, lo mismo pasa con los pescados, para nosotros es importante ofrecer frescura en un plato. El concepto es crear una nueva imagen de Palm Restaurant, que no solo se piense que ofrece carnes y langosta, sino que hay más variedad de platillos, captar una nueva clientela que vea que es un restaurante clásico que también innova y que siempre está en tendencia”, opinó Carlos Blancas, chef que lleva trabajando nueve años en el consorcio.
Palm, es un restaurante que lleva ya cinco años en Santa Fe, tiene una carta pequeña pero diversa que satisface a diferentes paladares, ofrece carne tipo kosher, ya que cuenta con comensales que consumen este producto, más los platos tradicionales del restaurante como son la langosta, los cortes de carne y los platillos clásicos italianos. Los sábados Palm, Polanco ofrece barbecue.
Palm nació en Nueva York, en un barrio donde se encontraban varios periódicos. En época de crisis los caricaturistas intercambiaban su trabajo por comida, debido a esto la decoración de los restaurantes son caricaturas de diferentes personajes de la política, los espectáculos, periodistas y clientes asiduos. Un dato curioso es que se iba a llamar Parma, ya que los fundadores eran italianos pero al momento de registrar el nombre, no les entendieron, ya que su inglés no era muy bueno y le terminaron poniendo Palm.
Con la buena relación que hay con Víctor Zárate, chef del restaurante Blanco Colima, crearon un menú, donde conjugaron los platos clásicos de Palm, más el talento de los tres chefs hicieron una fiesta al paladar.
La entrada fue una alcachofa al carbón, bien cocinada donde se notaba el sabor de la parrilla.
El primer tiempo fue un ceviche de robalo, maracuyá y vainilla, una deliciosa combinación fresca de ingredientes.
El segundo tiempo fue un arroz meloso con pulpo a la parrilla y tuétano.
El tercer tiempo un pescado hamachi con puré de apionabo, rábanos de cultivo y pepinos agridulces.
El cuarto tiempo fue un pescado halibut rostizado con habas tiernas y perifolio.
El postre fue una piña estofada sobre bizcocho de mantequilla noissete y helado de coco, un clásico en Palm.
Enhorabuena por esta propuesta distinguida, fresca y realmente exquisita.