Chile Relleno

Banquete que enaltece los sabores mexicanos

Evocar a dos importantes personajes de la plástica mexicana es lo que hace la chef Mónica Lazcano con su menú inspirado en la boda de Frida y Diego en el Restaurante Frida, en Coyoacán

TEXTO Y FOTOS BERTHA HERRERA/SERGIO MENDOZA

Restaurante Frida dentro de Centro de Ates Vivas en Coyoacán.

Recordar la magia que se vivió a través de la comida en la boda de Frida Kahlo y Diego Rivera es lo que transmitió la chef Lazcano con su menú de seis tiempos titulado “Con sabor a pueblo y un toque burgués” donde plasmó un lienzo culinario de colores, texturas e intensidades de la vida de Frida a quien le gustaba el buen comer.

Chef Mónica Lazcano.

La chef poblana contó dos historias a través de los platillos, la suya y los sabores heredados por su abuela materna e interpretó lo que se degustó en la fiesta que se celebró en 1929.

Crema de ostión.

El recorrido culinario empezó con una crema de ostión. “Esta deliciosa crema de origen francés y de textura suave con sabores a pueblo hacen honor al título de mi propuesta. Es un platillo: Sophistiqué et complexe como la vie…!” comentó la chef . Este plato se marido con un vino Chenin Blanc, Valle de Tintos.

“Indios vestidos sobre seducción en rojo y baño de dulce abundancia”, es un plato que lleva arroz blanco, plátanos fritos y chiles rellenos que va a la esencia y recuerdos de niña de Mónica Lazcano, que la conectan con Frida. Se maridó con un vino rosado, Bodega Los Cedros.

Mole ancestral con esferas de huazontle.

“Mole ancestral”, esferas de huazontles rellenos de queso de cabra y arándanos sobre un espejo de mole ancestral de hormiga chicatana y pulque. Es un platillo laborioso ya que los huazontles no tenían tallos los presentó en forma de esferas, en éste quiso mostrar un México antiguo que no necesitaba granos y especias para preparar un mole. Se degustó con un vino Malbec, Bodega Los Cedros.

Presentó un pozole el cual comentó que ha existido desde la época prehispánica y que ha evolucionado a través del tiempo y con la llegada de los españoles. Para ella el pozole conecta con la mexicanidad, misma que envolvía a Frida. Se acompañó con un vino tinto mexicano, Monograma.

Mole oaxaqueño con pato.

No podía faltar el mole oaxaqueño con pato el cual era uno de los platos preferidos de Frida, se sirvió con un mezcal tobalá, Mala Idea.

Y por último el postre, un flan casero con toque de mezcal con migas del Brownie de mole que cierra con broche de oro. Se probó con un licor Xila.

Este menú se degustó en el restaurante Frida el cual se encuentra en el Centro de Artes Vivas, Salvador Novo 8, Santa Catarina, Coyoacán.

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