Vinos Franceses

Vinos franceses y la guerra desleal que se ha originado

A pesar del comercio poco ético en el que se ha envuelto a los vinos franceses, pudimos degustar excelentes vinos en Tastin’ France en la Ciudad de México

POR RODRIGO LLANES/FOTOS CORTESÍA

Recientemente vi Rotten, la serie de Netflix que narra algunas de las historias ocultas detrás de nuestros alimentos y bebidas favoritas. El capítulo titulado “El reino del terror” está dedicado al vino del sur de Francia y hace referencia quizás a dos cosas: la época del terror durante la revolución francesa en la que se decapitaron a los principales líderes de la gesta burguesa y también a la palabra francesa terroir que significa terruño y que ensalza las cualidades específicas de cada región vinícola de Francia.

Los protagonistas son productores de vinos del sur de Francia que están acostumbrados a producir el vino que los viñedos de su enclave privilegiado les permite y que suelen vender a granel para ser embotellado por los comerciantes o négociants que lo distribuyen en todo el mundo como un producto de calidad con muy buen precio y que tiene lo sexy del vino francés, pero muchos se han aprovechado de la marca para embotellar vinos de otras regiones europeas con la marca de Francia para lograr más ganancias, lo que ha provocado actos terroristas contra las grandes exportadoras que atentan así contra el estilo de vida del sur.

Este atentado comercial tiene su contraparte amable en las muestras de vino que organiza BusinessFrance con la filosofía Made in France, made with love.

DEGUSTACIÓN DE VINOS EN TASTIN’ FRANCE

En la ciudad de México tuvimos la oportunidad de asistir a Tastin’ France, con productores y exportadores de vinos de Champaña, tintos y blancos y destilados de diferentes regiones francesas. Ahí, uno tiene la oportunidad de conocer a los representantes de las vinícolas que en varias ocasiones son parte de la familia que produce vinos.

Champagne Baron Fuenté

Eric de Brisis representa una pequeña bodega familiar de 40 hectáreas en Champaña y que produce el Baron-Fuenté con una gran variedad de vinos elaborados con el méthode champenoise. Esta familia ha concursado con sus vinos en el ámbito internacional y ganado premios por sus etiquetas Barón Fuenté 7 y el Grand Cru que probé y tienen un sabor clásico, bien ponderado entre sus notas frutales, lácticas y de levadura, y una burbuja perfecta que redondea de maravilla el vino.

Château Bernadotte

Desde luego había en la muestra los representantes de dos grandes négociants de Burdeos: Jade Moreau de Dubos y Christophe Lillet de Salin. Ambas casas con una tradición en el comercio de vinos que pasa por siete generaciones y más de 200 años de historia económica. Con un portafolios amplio y bien seleccionado y quienes expresaron su curiosidad por el gusto mexicano hacia los vinos para saber qué ofrecerle a nuestro mercado. Desde luego una decisión difícil, pues no creo que haya un gusto general y cada importador sabe a que público va dirigido su producto. Para los amantes de Burdeos las opciones de estas dos casas exportadoras es muy bueno. Christophe realizó una selección exclusiva para México de tres vinos: Château Bernadotte, un AOC de Haut Médoc, Chateau Pontet Plaisance que es Saint Emilion Grand Cru y La Rose de Labegorce de Margaux; los tres impecables y representan la magia de Buerdeos: vinos elegantes, potentes y aterciopelados de mezcla de las Cabernet y Merlot como suele ser. Mientras que Jade presentó la gama más amplia de todo el Tastevin coronado por el Fleur de Pedesclaux, el segundo vino de este prestigioso Grand Cru Clasée de Pauilllac y un Château Lalande de Saint Julien, ambos vinos son joyas embotelladas.

Fleur de Pédesclaux

De toda la muestra debo de dar una mención especial al Croix de Labrie, Saint Emilion Grand Cru elaborado por una pareja de expertos en el comercio de vino que trabajan desde hace 16 años con el viejo viñedo de la apelación y que crearon uno de los primeros “garage wine” de la región, produciendo el vino en pequeñas cantidades sin la gran infraestructura de las grandes embotelladoras y apostando por que su vino sea reconocido entre los sibaritas del mundo. El Croix de Labrie es de bouquet complejo, puedes percibir cerezas y moras azules combinadas con otros aromas intensos y animales que recuerdan al tocino. Su aroma permaneció en mis sentidos por largo tiempo colmándome de su belleza. Un gran vino donde el sello de su creadora Axelle Courdurié demuestra su gran capacidad. El vino lo exporta Wine partners.

Y finalmente la visita con Philippe Raspaud de La Fabrégue y sus vinos de Château Rombeau fue la más interesante. Él es un vigneron que sale a vender por el mundo sus vinos antes de la vendimia, lo que es algo excepcional. Sus vinos son de las Côtes de Roussillon, la villa donde ocurre el episodio de Rotten. Y Philippe, al igual que uno de los protagonistas, decidió apostar por la calidad en el vino y asumir varias tareas incluida la promoción del vino en el mundo, en vez de continuar con la tradición del vino a granel. El portafolios que presentó es amplio y cabe destacar su vino tinto Phi, un vino de autor de la mejor calidad que merece un gran aplauso, pues nos muestra una voluptuosidad en boca inusual para los vinos del sur de Francia, con aroma a frutos rojos intensos. Es elaborado con Syrah y Garnacha negra criado en barrica bordelesa por muy poco tiempo, el suficiente para darle estructura y fortalecer su carácter de gran vino. Ojalá encuentre importador en México pues creo que es un vino que vale la pena beber para acompañar con buenos guisos mexicanos ligeramente picantes y especiados, abriendo así un nuevo horizonte en el gusto por acompañar con vino nuestra comida.

¡Salud por el vino francés!

Chef e historiador Rodrigo Llanes

Rodrigo Llanes es chef e historiador. Actualmente dirige la Escuela de Oficios Gastronómicos del Goloso Mestizo y de la incubadora de empresas gastronómicas Cooking Impact en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

Es autor de varios libros y articulista en varios medios digitales e impresos. En 2017 creó el proyecto Los 300 platos de Moctezuma, en el que junto a un colectivo de chefs, diseñadores e investigadores rescataron la forma ancestral de comer del emperador azteca.

 

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