Amalgama culinaria: platos, ingredientes y creatividad
Chefs se reúnen en la histórica fábrica Ánfora para presentar creaciones con arroz US Rice y carne US Meat, usando como lienzo la icónica loza hidalguense
POR BERTHA HERRERA/ FOTOS: BERTHA HERRERA
Con más de 100 años de existencia, Ánfora es referente de la cerámica mexicana. Sus piezas han enmarcado la propuesta gastronómica de chefs consagrados, hoteles de lujo y cadenas restauranteras.
Su presencia en producciones internacionales como Titanic reafirma la calidad y estética que la han convertido en un símbolo dentro y fuera del país.
En esta ocasión, la fábrica abrió sus puertas para recibir a un grupo de chefs que transformaron sus platos en plataformas de creatividad culinaria.
Desfile de sabores sobre el icónico plato
Lula Martín del Campo creó un tamal de arroz con carne de res, bañado en un mole de tamarindo, una propuesta exquisita y profundamente mexicana.
Aquiles Chávez presentó unas dolmas rellenas de cachete de res y arroz precocido, cocidas al vapor entre pencas de maguey durante ocho horas, al estilo a la barbacoa tradicional.
Marcelino Castro preparó un arroz americano con chile poblano, elote amarillo y quesos Chihuahua y Oaxaca, acompañado de un jugoso ribeye americano, combinación que equilibró cremosidad, sabor ahumado y notas lácteas.
Issho Sonoda elaboró un arroz con sardina preparado con fondo japonés, acompañado de espinacas con hongos, integrando dos culturas culinarias en una deliciosa receta.
Un cierre dulce y memorable
El postre corrió a cargo de las chefs Macarena Laris y Elena López de La Macaria, quienes ofrecieron una creación compuesta por bizcocho con arroz y toque de macha, arroz inflado y macadamia, trocitos de galleta de jengibre, tarta de calabaza en tacha y puré de cheese cake frío.
Un recorrido de texturas y sabores que rindió homenaje a la temporalidad y al ingrediente: el arroz.
Y para cerrar con broche de oro, no podían faltar los bailes típicos de la región.
El plato como obra y escenario
Más que una degustación, la experiencia fue un recordatorio de que el plato no es solo un contenedor, sino parte esencial de la narrativa culinaria.
En Ánfora, cada pieza se convirtió en un marco que realzó la técnica y visión de los chefs invitados, mientras que el arroz y la carne estadounidenses se consolidaron como ingredientes versátiles capaces de adaptarse a múltiples tradiciones.








