Asti

Los vinos dulces de Asti, Italia y su maridaje

En la reciente muestra Simply Italian Great Wines, se realizó una cata con los vinos de la región de Asti, dirigida por Georgina Estrada y Miguel Ángel Cooley

POR RODRIGO LLANES

Tuvimos oportunidad de probar diferentes vinos de está región, donde producen un volumen impresionante de vinos espumosos cuya característica principal es la dulzura.

Las notas de cata van de las flores de perfume intenso como el nardo y la yolloxóchitl a las frutas de hueso como los melocotones y el mango. Son vinos elaborados con uva Moscato, esa que también se sirve como uva dulce de mesa y que los viejos labradores del Piamonte italiano sembraban desde antaño en dobles cantidades pues sabían que previo a la vendimia muchos racimos serían hurtados por sus vecinos. Quizás de esa experiencia antigua es que ahora tienen una gran cantidad de viñedos productivos.

El panel del seminario estuvo integrado por varios propietarios que elaboran y venden sus caldos por todo el mundo. Y todos ellos coincidieron en que son vinos que se beben acompañando los postres. Y lo entiendo, pues conociendo el resto de los vinos italianos, muchos de ellos marcados por la acidez en riguroso equilibrio con la frutalidad, los Asti son casi el postre mismo.

EL GUSTO MEXICANO

¿Cómo acoge el público mexicano este tipo de vinos? Para mi todavía es un misterio. La mayoría de los bebedores asiduos de vino prefieren tintos robustos, desdeñan muchas veces los blancos y en muy pocas ocasiones piensan en cerrar su comida con un vino dulce para el postre. Sin embargo una amplia población acompaña su comida cotidiana con refresco o agua de sabor, por lo que quizás un vino dulce, espumoso y bajo en alcohol podría resultar atractivo para ellos.

Tacos al pastor

Quizás un chef audaz nos pueda proponer un maridaje interesante con algunos clásicos de la cocina popular mexicana, copiosa en salsas chilosas, tortillas con cebolla y cilantro. El maridaje de la cata avanzó por esa vereda y nos sirvieron sopes de escamoles, taquitos de cochinita pibil y otros bocadillos europeos con queso y jamón curado. Pero no dejó de ser una experiencia todavía recatada. Habría que soltarse la greña y delirar con el Asti en una taquería con pastorcitos con piña, carnitas, carnitas de pato, más cochinita pibil, campechanos de longaniza y bistec, chicharrón prensado, jícamas con chile, papas fritas con aceite virgen a la Valentina, guajolote a la Jamaica, mole negro con chuleta de cerdo, camarones al coco y salsa de tamarindo, entre muchos otros platillos.

Finalmente de la Azienda Agricola Terrabianca pudimos beber en la muestra el Carlottin 2016, un vino obtenido de uva appassite que es una gloria. La recomendación me llegó de Alejandro García Blanco y su gran olfato, que me ayudó a apreciar toda la variedad de frutas cristalizadas como el chilacayote y el calabazate además de la vainilla, y que confluyen en un vino espectacular.

Ojalá alguien se apunte al reto de cocinar sabroso para maridar estos vinos y me invite a comer y los italianos se cooperen con el Asti.

¡Salud!

 

Rodrigo Llanes es chef e historiador. Actualmente dirige la Escuela de Oficios Gastronómicos del Goloso Mestizo y de la incubadora de empresas gastronómicas Cooking Impact en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

Es autor de varios libros y articulista en varios medios digitales e impresos. En 2017 creó el proyecto Los 300 platos de Moctezuma, en el que junto a un colectivo de chefs, diseñadores e investigadores rescataron la forma ancestral de comer del emperador azteca.

 

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