Oaxaca, destino encantador

Este estado, ubicado al sur de México, está lleno de historia, gastronomía, tradiciones, color y contrastes. Lugar de magia y de encuentro donde todo puede suceder

Texto y fotos/Bertha Herrera

En Oaxaca existe gente hermosa, rica en tradiciones, que baila, canta y  sufre, pero siempre con un homenaje hacia la vida , donde se da y se comparte la música, el color, la comida y, por supuesto, el mezcal.

Un viaje por el origen, por la bondad de la gente que transmite lo que es. La fiesta de la Guelaguetza es dar, expresar la cultura, lo que cada quien es, es el baile, la celebración en la que  Oaxaca se siente orgullosa de sus raíces.

Es un lugar donde confluyen y habitan ocho regiones diferentes pero similares a la vez.  Donde existe la pluralidad étnica hermanada con una identidad que atrae la vista de turistas que se sienten maravillados por este lugar que abriga y apapacha con sus viandas, música, color y generosidad.

Todas las fiestas están relacionadas con la comida, tanto la vida como la muerte gira alrededor de ésta. Compartir los alimentos, ofrendar a los dioses la cosecha del maíz y la abundancia que da la tierra. Ciclo de reciprocidad, en la fiesta se ofrece lo que uno tiene y después se recibe, esto forma parte del tequio que conforma todas estas entidades que subsisten.

La Guelaguetza se celebra dos lunes subsiguientes a la fiesta del Carmen, en el mes de julio. Participan las ocho regiones del estado: Los Valles Centrales, La Sierra Juárez, La Sierra Sur, La Cañada, Tuxtepec, La Mixteca, La Costa, El Istmo de Tehuantepec, las cuales bailan sus danzas tradicionales con sus trajes típicos y al final regalan al público comida, pan, café y fruta.

El mezcal es una bebida importante en estas celebraciones, para los mixes es un referente, ya que ayuda en la sequía y estanca el hambre.

En Zaachila , importante centro ceremonial zapoteca, también se vive la tradición de la Gulaguetza, en la que las familias van al cerro y celebran a Pitao Cozobi, deidad del maíz y de las cosechas.

Vivir Oaxaca y su tradición es adentrarse a las entrañas de una sociedad que comparte y se manifiesta.