Rica forma de festejar las fiestas patrias
La combinación de platillos preparados por la chef Lula Martín del Campo y el maridaje con vinos de Casa Madero fue un total agasajo en el restaurante Cascabel
TEXTO Y FOTOS BERTHA HERRERA
El mes de septiembre en el que se celebra la independencia de México, es ideal para deleitarnos con la comida que se prepara en estas fechas. Se comen antojitos mexicanos como los pambazos, las flautas, los tacos, las tostadas de pata, el pozole, los chiles en nogada, los buñuelos solo por mencionar algunos de los platillos de estas fechas.
En México se vive una fiesta de sabor y de color y de la cual se inspira la chef Lula Martín del Campo para llevar a la mesa del restaurante Cascabel, lo que se come en la calle o en los mercados pero dirigido a un comensal que no tiene oportunidad de degustar estas delicias en estos lugares. Es por esto que preparó un menú alusivo a la temporada y lo maridó con vinos de Casa Madero, la bodega vinícola más antigua de México, localizada en Parras, Coahuila desde 1597.
La botana fue un pambacito de chorizo oaxaqueño y papa maridado con un vino blanco Casa Madero 2V, el cual es un ensamble de dos uvas: 50% Chenin Blanc y 50 % Chardonnay, es un vino fresco, floral con buena acidez que casó muy bien con los ingredientes del plato.
La entrada fue una ensalada tibia de haba verde y ayacote, inspirada en la que venden en el mercado pero con el toque personal de la chef. Esta ensalada es la favorita de su papá, lleva una vinagreta de aceite de oliva con vinagre de vino blanco y un toque de chile cascabel, lo que hizo que combinara muy bien con la acidez del vino blanco Chardonnay 2017, el cual es de notas ligeramente cítricas, fresco y frutal.
El plato fuerte, el cual fue la estrella de la cena, fue un pozole verde de camarón con setas, exquisita versión de la chef en la que plasma la receta de su abuela, son sabores muy sutiles que se deleitaron completamente. Este se maridó muy bien con un vino tinto 3V, que es un ensamble de tres uvas: Cabernet Sauvignon, Merlot y Tempranillo.
El postre fue una deliciosa capirotada de guayaba con un ligero toque de chile que casó excelentemente con el vino rosado hecho con uva Cabernet Sauvignon, un vino con buena estructura, muy aromático, frutal, nada dulce lo que hizo que contrastará con el dulzor del postre.
El restaurante Cascabel, cocina mexicana aterrizada
A más de un año de haber abierto el restaurante Cascabel se ha posesionado en el gusto de los comensales que trabajan y viven en la zona de Santa Fe. “Es un lugar donde se sirve comida mexicana, aterrizada sin mucho rebuscamiento, dirigida a la gente que no puede comer en la calle o en el mercado. Los comensales me lo agradecen. La carta es muy variada, tenemos antojitos mexicanos, tacos, pescados. Yo soy mucho de calditos como el mole de olla, el caldo ranchero, la birria de res. Aunque no sea un restaurante de carnes también ofrecemos carne a las brasas del Rancho 17, pescados, camarones gigantes, platos vegetarianos como la versión del chile en nogada relleno de picadillo de hongos portobello y setas el cual va estar hasta el 15 de octubre”, comentó Lula, quien tiene una gran trayectoria dentro del ámbito gastronómico en México.
Por otro lado, para la chef es muy importante hacer país, apoyar a los productores mexicanos por lo que trabaja con maíces y frijoles que están en peligro de extinción. En el restaurante se pueden comprar varios de estos productos.
Algo que se agradece en el restaurante Cascabel es saborear los platillos mexicanos en un ambiente en el que el comensal se siente completamente apapachado.
El restaurante se encuentra en Av. Javier Barros Sierra 540, Park Plaza Torre II, Santa Fe, Ciudad de México.